Elisa Serrano Torres

Estoy sentadita en mi cama de cara al cristal, desayunando un maxibon de nata, contemplando las gotitas de lluvia que todavía no se han secado del suelo de la terraza, y el asqueroso cielo anubarrado que lleva dos días impidiéndome ir a la playa. La verdad es que nunca hubiese imaginado que odiaría tanto este panorama, y eso que me gustan mucho los días nublados, ver y oír llover, pero joder, estoy harta, hay tantas cosas que podrían haber pasado y no han pasado, bueno y ya puestos, hay a tantos sitios a los que jamás hubiese encontrado tanto sentido y entusiasmo en ir, sino fuese por... pero eso ahora no tiene nada que ver, o sí. Así que, hasta que salga el sol, me lamento escuchando Muse, pensando que podría estar ahora mismo en mi capital favorita, Madrid, e ir esta noche a su concierto. Y ya para acibarar más la situación, tiene que sucederme lo más patético del mundo, que la doméstica/chacha/señora de la limpieza, me eche del único espacio que considero mío en el mundo, porque tiene que limpiar. Al menos tiene el detalle de advertirme de que el suelo del pasillo está mojado, no vaya a resbalarme. Lo único que me satisface es tener por fin entre mis manos "La elegancia del erizo", jeje. Y también, gracias a mi tiempo libre, he llegado a la conclusión de que Pelayo sería otro nombre interesante para uno de mis futuros hijos. Lucas y Pelayo. Muy malo es el aburrimiento.

pd: Sí, en las fotos se puede contemplar que somos tan penosos, que con nuestros 16-17 espléndidos años, teniendo cada uno su correspondiente ordenador en casa... decidimos salir de ella, y en vez de disfrutar un poquito de la vida, nos metemos en la tienda de apple, a conectarnos un ratito más, como si no fuese eso lo que íbamos a hacer justo al volver cada uno a su hogar. Dulce hogar... ¡¡todo culpa de la lluvia!!
Víctor y Jorgi, os adoro